Julio González Alonso
Julio González Alonso, es leonés y vive en Bilbao. Licenciado en Psicología y Maestro, ha dedicado toda su vida laboral a la enseñanza. Ha participado en las revistas Alaire (Mallorca), Alkaid (Valladolid), o Salud Global (Ciudad Real). Tomó parte en la Antología de poemas Alaire (2009), en Universos Diversos, poesía del Siglo XXI (2009), en el libro Árido Umbral (2011) y en la antología colectiva Las Noches de LUPI en Portugalete (2012) Su poemario “Testimonio de la desnudez”, ganó el 1er. premio ex aequo del II Premio Nacional de Poesía Treciembre (Valladolid). También ha ganado el IV Certamen de Poesía Virtual Alaire 2008 y el Ier. Certamen Relato Corto Ramón Ataz –Alaire, 2014.
La arquitectura de la araña
La ciudad se teje de hilos luminosos, metales
que ruedan, cimientos en el aire enrarecido.
Como la inmensa red de la arquitectura de la araña
extiende su abrazo mortal por el espacio
entregada a las manos invisibles
de sus sueños, aturdidas pesadillas de neón
y de cansancio, el frenético zumbido que recorre sus arterias
y golpea en latidos moribundos todas sus extremidades.
Allí es el hombre, lepidóptero o gusano constructor
en su crisálida; allí es el vuelo al destino de la muerte,
el gemir breve del sexo en amor de alcoba,
allí es la luz del gozo efímero cuando cae el día
engullendo la noche de las calles y los supermercados,
cuando se detiene el ritmo acompasado
de su corazón de trenes suburbanos; los quirófanos
duermen. Cuando traspasan los océanos las palabras sonámbulas,
qué cabe esperar
si las mariposas se extenúan volando alrededor de millones de soles diminutos.
De ese hilo resistente,
de esa tela de araña
de ese mundo interior
vengo.
Fedegabekoa
Fedegabeko gizona naiz. Jainkoari esker
ez dut sinesten
gizon-emakumeengan; gizon-emakumei esker
ez dut Jainkoagan sinesten.
Fedegabeko gizon batek es du balio
ez Jainkoaren egitasmoetarako
ez gizon-emakumeen planarako. Horregatik
ez dakite
zer egin. Horren ondorioz ez dakit
zer egin behar dudan. Honengatik
eta hargatik
toki batetik bestera ibiltzen dira
burhauste hau konpontzeko asmoz.
Ezin dut
haien kezka lasaitu.
El descreído
Soy un hombre sin fe. Gracias a Dios
no creo en los hombres; gracias a los hombres
no creo en Dios.
Un hombre sin fe no sirve
ni a los planes de Dios
ni a los planes de los hombres. Por eso
no saben qué hacer. A causa de ello
no sé qué debo hacer. Por esto
y por aquello
andan de un lado a otro
con la intención de arreglar este rompecabezas.
No puedo
calmar su preocupación.